I.
Duro ha sido vivir de tantos lunes.
En la pared donde me crucifican
oigo al martillo derrotando al clavo.
Y después, qué vergüenza dar las gracias
si hasta el amor es um remordimiento.
Y después, qué tristeza
verse desnudo y con las manos huecas.
Y luego renacer. Y luego darse
hasta que se repita lo de siempre.
II.
Nadie sabe que es agua
hasta que no lo culpen de un
ahogado.
Nadie sabe que es tierra
si no lo mueven los
profundos sismos.
Nadie sabe que es árbol
hasta que no lo culpen de un
ahorcado.
Nadie sabe que es pan
si no lo despedazan los
hambrientos.
Nadie sabe que es agua,
tierra, árbol, pan.
Nadie sabe que es nada.
III.
Ardiendo entre dos polos genitales
de origen valgo, mas de origin muero.
Entre dos cifras dígitas me ponen.
Apareado a mi sombra,
por la segunda vez estoy herido.
Estoy de anónimo entre mis dos nombres
y me detienen entre dos pisadas
mientras me olvidan entre dos memorias.
Estoy entre dos piernas y dos aguas,
sobre la tierra que me pulsa,
bajo la campanada que me llama.
Ardiendo estoy, me purifico y quedo
dividido otra vez en dos cenizas,
hasta que en algún punto de la muerte
los extremos se toquen.